Doug Nichols, un misionero en la India, contrajo tuberculosis y fue enviado a un centro médico, Cuando él ofrecía folletos evangelisticos a los otros pacientes, estos se negaron y no querían nada con ese estadounidense o su Dios.
Una noche, Doug observó a un hombre mayor tratando de levantarse de su ama. El hombre lo intentaba vez tras vez, y seguía cayendo hacia atrás, debido a su debilidad; hasta que finalmente, exhausto, se quedó inmóvil. Era obvio, que él estaba tratando de ir al baño, y no lo había logrado. Como era de esperarse, las enfermeras estaban molestas, pues ahora, tenían que limpiarlo. Doug contó que incluso una de ellas le abofeteó.
La siguiente noche sucedió lo mismo. Pero Doug levantó al anciano y lo cargó hasta d baño, el anciano lo besó en la mejilla. Doug despertó en la mañana por el vapor de una taza de té servida para él por otro paciente, quien con señales le pidió uno de sus folletos. Durante todo el día, más gente vino con Doug, pidiendo folletos o porciones de los Evangelios, hasta que todos en el hospital llegaron a tener uno. Los siguientes días, muchos llegaron a creer en Cristo como su Salvador.
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Mientras tratemos de ganar a nuestros amigos, vecinos o compañeros de trabajo con defensas elocuentes de la tumba vacia o los milagros de Jesús, veremos que las personas o se resisten o simplemente tienen "curiosidad" por estos hechos; la verdad es que la mayoría de las personas son conducidas a la fe en Jesús porque ellos pueden ver muchos hechos y actos piadosos Estaban hambrientos, y alguien les dio de comer; sedientos, y alguien les ofreció un vaso con agua; con dolor y alguien los consoló.
Cuando fallamos al responder ante las necesidades de otros, estas omisiones nos ponen en riesgo del juicio eterno. Porque, como Jesús enseñó: "En cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis" (Mateo 25.45).
Jesús no está promoviendo una "salvación por obras, en lugar de eso, él nos está mostrando que si tenemos un corazón dedicado a Dios y su reino, ayudar al menos afortunado se vuelve nuestra segunda naturaleza. ¿Está usted tan agradecido con Cristo y con lo que él ha hecho por usted que no puede hacer otra cosa que responder a las necesidades de los demás?
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"NUNCA EXPERIMENTAREMOS LAS MÁS RICAS BENDICIONES DE DIOS DE CONFORTAR Y SER COMPASIVOS CON OTROS HASTA QUE NOSOTROS MISMOS LO HAYAMOS EXPERIMENTADO PRIMERO"
- T. J. Bach (Misionero en Venezuela)
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