"Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces". - Jeremias 33:3
A raíz de una mala noticia, con mi familia iniciamos un devocional diario todas las noches, fuimos movidos, esa mala noticia nos despertó y llamo la atención de una manera especial.
Más de 10 años de cristianos y nunca pudimos tener un ejercicio espiritual tan importante como ese, no hay duda que Dios nos alerta, es paciente y misericordioso.
Dios, aún tuvo misericordia, al guiarnos para que no desesperemos o nos resignemos, nos guio a juntarnos y a orar, y mientras lo hacíamos, mirábamos como Dios respondía, hemos experimentado como Dios ha respondido nuestras oraciones rápidamente, hemos aprendido a depender de Él, a valorar lo que tenemos y a las personas que amamos, hemos aprendido a ser agradecidos, hemos aprendido a perdonarnos rápidamente para reunirnos en el devocional (porque ¿te imaginas todos juntos para el devocional y todos con la cara largar?, nuca dejamos que eso pase).
Yo por mi cuenta aprendo al escuchar orar a mis hijos orar, desde mi pequeña de 7 años que "agradece por su hermosa familia" y pide con pasión y confianza por la salvación de las personas que conocemos, de mi hijo de 11 años que inicia su turno de orar respirando profundo como quien tiene mucho que decir y aprovecha todo el aire posible y de mi hijo de 14 años con palabras simples pide, agradece y que difícilmente se le escapa algún evento ocurrido durante el día.
Te comparto esta experiencia porque en medio del caos Dios nos movió a un nuevo nivel, quizá tú te encuentres en una etapa de quietud en la que te estás perdiendo de la bondad de Dios y la oportunidad de experimentarlo a diario, y de descubrir nuevas cosas, cosas grandes y ocultas que ni te imaginas.
Esa mala noticia nos ayudó a estar más cerca a Dios y a depender de él en TODO, que es lo que Él quiere.
Más de 10 años de cristianos y nunca pudimos tener un ejercicio espiritual tan importante como ese, no hay duda que Dios nos alerta, es paciente y misericordioso.
Dios, aún tuvo misericordia, al guiarnos para que no desesperemos o nos resignemos, nos guio a juntarnos y a orar, y mientras lo hacíamos, mirábamos como Dios respondía, hemos experimentado como Dios ha respondido nuestras oraciones rápidamente, hemos aprendido a depender de Él, a valorar lo que tenemos y a las personas que amamos, hemos aprendido a ser agradecidos, hemos aprendido a perdonarnos rápidamente para reunirnos en el devocional (porque ¿te imaginas todos juntos para el devocional y todos con la cara largar?, nuca dejamos que eso pase).
Yo por mi cuenta aprendo al escuchar orar a mis hijos orar, desde mi pequeña de 7 años que "agradece por su hermosa familia" y pide con pasión y confianza por la salvación de las personas que conocemos, de mi hijo de 11 años que inicia su turno de orar respirando profundo como quien tiene mucho que decir y aprovecha todo el aire posible y de mi hijo de 14 años con palabras simples pide, agradece y que difícilmente se le escapa algún evento ocurrido durante el día.
Te comparto esta experiencia porque en medio del caos Dios nos movió a un nuevo nivel, quizá tú te encuentres en una etapa de quietud en la que te estás perdiendo de la bondad de Dios y la oportunidad de experimentarlo a diario, y de descubrir nuevas cosas, cosas grandes y ocultas que ni te imaginas.
Esa mala noticia nos ayudó a estar más cerca a Dios y a depender de él en TODO, que es lo que Él quiere.
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