¿ME DAS UN MINUTO DE TU ETERNIDAD?

CUANTO DURA LA ETERNIDAD

"Si oyes hoy su voz, no endurezcas tu corazón". - Hebreos 4:7

Leí una vez una leyenda acerca de un joven muy inteligente, al que un rey quiso probar. Este le preguntó: “¿Cuánto dura la eternidad?” El joven contestó: “Oh rey, en una tierra lejana hay una montaña muy alta, cuya cumbre está muy por encima de las nubes. Esta montaña es de dura roca. Una vez cada cien años, un pajarito va a afilarse el pico contra esa montaña. Cuando este procedimiento haya gastado tanto la montaña que ya no pueda verse, habrá pasado un segundo en la eternidad”.

¿No da esta contestación una idea de lo infalible que es la eternidad?, así y con todo ni siquiera es exacta porque en la eternidad no hay segundos. Allí mil años son como un día pero también un día como mil años (2 Pedro 3:8). La eternidad no tiene fin y por eso no existe medida con que medirla.

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Te has puesto a pensar ¿que son 70, 80 o 100 años en comparación de la eternidad?, por lo tanto ¿no crees que es importante saber donde la pasaras?

Estudias casi la mitad de tu vida para que trabajes y con suerte llegues a gozar de tu trabajo como jubilado, claro solo si antes no mueres por alguna enfermedad o accidente. El punto es que vivimos como si nos fuéramos a quedar para siempre aquí en esta tierra y por si fuera poco muchos ignorando lo que nos garantizara una eternidad Gloriosa.

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Después de muerto ya no podrás arrepentirte, y cuando eso pase estarás delante de Dios siendo juzgado por cada pecado que cometiste en tu vida aun de los que ni te acordabas, y todo por no entregarle tus pecados a Cristo aquí en la tierra. ¡¿tanto te cuesta hacerlo?!

Es irresponsable no prepararse para la eternidad, no se, quizá mañana sea tarde.

"Si oyes hoy su voz, no endurezcas tu corazón". - Hebreos 4:7

¿Donde pasaras tu eternidad? 

Dios te ama, y te lo demostró enviando a su hijo a morir en tu lugar, arrepentirte de tus pecados, creer en su hijo y aceptarlo como Señor y Salvador de tu vida te salvara. 

¿VEZ RELIGIÓN ELLO?, definitivamente no. 

El no te llama a una religión, que vivas diferente, o escuches música diferente. Su primera pregunta es: ¿quieres ser mi hijo? ...y tu respuesta definirá tu eternidad.