EN BUSCA DEL AVIVAMIENTO - Evangelismo Creativo

HERRAMIENTAS

sábado, 14 de septiembre de 2013

EN BUSCA DEL AVIVAMIENTO

EN BUSCA DEL AVIVAMIENTO

―Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer; en la ira acuérdate de la misericordia‖ (Habacuc 3:2).

―El avivamiento desciende del cielo cuando almas heroicas entran en el conflicto determinados a ganar o morir y si fuese necesario, ganar y morir! El reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan‖ (Charles Finney).

Si hay algo que debes anhelar con toda tu alma es el avivamiento, más que estar vivo, debes anhelar ver a tu nación entera sacudida por el poder de Dios. Así como las aguas cubren la mar, la gloria de Dios cubra toda su nación.

El avivamiento no es una enseñanza nueva, ya en el Antiguo Testamento, encontramos una serie de pasajes donde habla de la esencia del Avivamiento que consiste en arrepentirse y volverse al primer amor. Israel en tiempos del Rey Asa, en tiempos de Elias, del Rey Josias, o en tiempos de Jonas cuando Ninive se arrepintió.

Dios a través de su Santo Espiritu ha estado obrando y derramanado avivamientos gloriosos en quienes se han rendido completamente a El. Si queremos un avivamiento debemos hacer lo mismo.

¿QUE ES EL AVIVAMIENTO?

Charles Finney conocido como el padre de los avivamientos
define lo que es un avivamiento: ―El avivamiento es la
renovación del primer amor entre los cristianos, que luego
resulta en un despertar y convertir de los pecadores‖.

Si la iglesia anhela un avivamiento debe reconocer
primeramente que está muerta, o por morir. Dios exhortó a
la iglesia de Sardis con estas palabras: "Yo conozco tus
obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto. Sé
vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir;
porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios.
Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y
arrepiéntete" (Apocalipsis 3:1-3). Cuando nos arrepentimos
de nuestros pecados y le permitimos a Dios que gobierne
nuestras vidas totalmente, es cuando Dios derramara de su
Espiritu en nosotros y seremos instrumentos capacitados
para hacer la obra de Dios y predicar el evangelio.

CARACTERÍSTICAS DE UN AVIVAMIENTO

1. Cuando hay un avivamiento existe una convicción
profunda de pecado por la presencia temible y santa de Dios
que lleva al arrepentimiento. Cuando Isaías vio ―al Señor
sentado sobre un trono alto y sublime‖ en el templo clamo:
―Ay de mí! que soy muerto; que siendo hombre inmundo de
labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios
inmundos‖ (Isaías 6:1-5).

Las personas despiertan con una conciencia de su condición
miserable por la maldad de su corazón, y el peligro de
perecer eternamente, y la importancia de escapar
prontamente.

Jonathan Edwards dijo: ―Hay una gran variedad en cuanto al
grado de temor y preocupación que la gente siente antes de
alcanzar el perdón de Dios. Algunos son llevados con más
ánimo y esperanza que otros. Algunos sintieron el desagrado
de Dios tan fuertemente que no podían dormir de noche; la
idea de dormir en una tal condición perdida les horrorizaba...
La conciencia abominable de su miseria generalmente
aumentaba, cuánto más una persona se acercaba a su
liberación. ..Algunos están cerca de la desesperación y todo
les parece tan oscuro como la medianoche, poco antes de
que el día amanece en sus almas. Algunos clamaron bajo el
terrible peso de su culpa, asombrados de que Dios todavía
les permitía seguir viviendo en la tierra, en vez de mandarlos
inmediatamente al infierno. Otros no sintieron tanta
desesperación, pero tuvieron una consciencia muy profunda
en sus corazones, acerca de su propia depravación y muerte
en pecado‖.

La convicción de pecado es tal que los pecadores muchas
veces no pueden comer ni dormir hasta llegar a estar en paz
con Dios. Tan profundo es el arrepentimiento que hay en un
avivamiento que el pecado es aborrecido de tal manera que
no se desea pecar nunca más.

A. Q. Osierberg, testigo ocular del avivamiento de la calle
Azusa dijo: ―El avivamiento de Azusa empezó en el punto
donde todo, avivamiento debiera empezar... con lágrimas de
arrepentimiento. Empezó en lágrimas, vivió en lágrimas, y
cuando acabaron las lágrimas, acabó el avivamiento de
Azusa‖.

Cuando hay arrepentimiento profundo la confesión de
pecados es espontanea. Glenn Conjurske escribió: ―Una de
las características más marcadas del gran avivamiento en
Manchuria bajo la predicación de Jonathan Goforth, fue la
misma confesión de pecado espontánea, pública, humillante
y dolorosa. Goforth no pidió estas confesiones, tan solo
predicó la Palabra de Dios hasta que la gente estaba tan
convencida de pecado que no podían guardar silencio. O
hablaban o explotaban‖.

Oswald Smith describe la obra poderosa de Dios en los
corazones de otro avivamiento en las costas de Hawái: ―En
el año 1835 Titus Coan arribó a las costas de Hawái. En su
primer viaje multitudes se reunieron para escucharle. Se
amontonaban de tal manera a su alrededor que apenas tenía
tiempo para comer. En una ocasión predicó tres veces antes
de poder tener oportunidad de desayunar. Sentía que Dios
estaba obrando de una manera muy desacostumbrada. En
1837 fuegos mortecinos se avivaron. Casi toda la población
fue su audiencia. Estaba ministrando a 15.000 personas.
Incapaz de llegar a todos ellos, ellos fueron a él y se
asentaron en una reunión que duró dos años. No había una
sola hora del día ni de la noche en que no se reuniera una
audiencia entre 2.000 y 6.000 a la señal de la campana.
Había el clamor tembloroso, sollozante, en llanto, por
misericordia, en algunas ocasiones demasiado fuerte para
que el predicador pudiera ser oído; y en cientos de casos sus 86

oyentes se desvanecían. Algunos llegaban a gritar: ―La
espada de dos filos me está despedazando‖. El perverso
burlador que llegó a chancearse cayó como un perro, y gritó:
―¡Dios me ha fulminado!‖ En una ocasión, mientras que
estaba predicando en un campo abierto a 2.000 personas, un
hombre gritó: ―¿Qué tengo que hacer para ser salvo?‖, y oró
la oración del publicano, y toda la congregación asumió el
clamor por misericordia. Durante media hora, el señor Coan
no pudo hallar ocasión de hablar, sino que se tuvo que
quedar quieto y contemplar cómo Dios obraba‖ (Pasion por
las almas).

2. Hay un anhelo intenso de interceder y evangelizar. En
Pentecostes, vemos que el apostol Pedro predicaba diciendo
estas palabras: ―Arrepentíos, y bautícese cada uno de
vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los
pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo‖ (Hechos 2:
38). Y vemos que el y los demás discípulos oraban (Hechos
3: 1). Los creyentes del primer siglo eran hombres que
sabían que debían predicar, que debían ganar almas y que
debían orar para ello. Los hombres de Dios en la historia han
hecho lo mismo.

En el avivamiento que Dios derramo bajo el ministerio de
Jonathan Edwards una niña de nombre Febe tenía un deseo
ferviente de ver la salvación de sus hermanas.

Edwards relata: ―Mientras Abigail, su hermana mayor,
estaba allí, su madre aprovechó de la oportunidad para
aconsejarla de prepararse ahora para el otro mundo. Con
esto, Febe rompió a llorar: "¡Pobre Abi!" Su madre dijo que
no llore, que ella esperaba que Dios fuera a dar salvación a
Abi; pero ella seguía llorando por bastante tiempo. Poco
después, su hermana Eunice llegó, y otra vez Febe comenzó
a llorar: "¡Pobre Eunice!", y lloró mucho. Después se fue a
otro cuarto y encontró allí a su hermana Naomi, y rompió en
llanto otra vez: "¡Pobre Amy!" Su madre se sintió muy
afectada por este comportamiento en su hija y no sabía qué
decir‖.

John Hyde, el gran misionero enviado a la India, en 1908
oró a Dios para que le diera un alma cada día. En ese año
ganó alrededor de 400 almas para Cristo. El año siguiente,
pidió dos almas por día, y como resultado gano alrededor de
800 almas para Dios. Luego, en 1910, rogó que se le
concediesen cuatro almas por día, y Dios le contestó su
petición.

Jonathan Goforth sobre el avivamiento de Corea escribió:
―Un estudiante tuvo un mes vacacional y las pasó en un
cierto distrito para evangelizar. Él consiguió 100 almas para
el Señor. Otro estudiante resolvió en su corazón hablar por
lo menos con seis personas por día sobre sus almas. Al final
de nueve meses, él había hablado a 3.000 personas. Un
cierto año, los Metodistas del sur tenían tal escasez de
fondos que ni las escuelas podían ser construidas en Songdo,
donde había cerca de 150 estudiantes listos para comenzar a
estudiar. Yun Chi Ho, un ex-ministro de educación, se
ofreció para dar clases a esos estudiantes. Los chicos, bajo
su liderazgo, levantaron un edificio de madera y cubrieron el
techo con paja y comenzaron sus clases…Una carta dirigida
por el pastor, por esa ocasión, afirmaba que niños de 8 y 9
años de edad, después de las clases, salían hacia las calles y,
con lágrimas en los ojos, tomaban a las personas en las
calles implorando que entregaran sus vidas al Salvador. Él
dijo: ―Durante los últimos 3 días, cerca de 400 personas
vinieron a entregarse a Cristo‖. Eso fue conseguido a través
de la obra de los niños después de que salían de las clases.
Las personas que los oían se sentían desgarradas en sus
corazones a causa de sus pecados‖.

3. Grandes multitudes son salvados. En la iglesia Primitiva
las conversiones eran numerosas. El apóstol Pedro predico y
miles venían a Cristo. ―…El Señor añadía cada día a la
iglesia los que habían de ser salvos‖ (Hechos 2:47).

En el Gran Avivamiento de 1857-1858: "En solamente dos
años, se añadieron más de dos millones de convertidos a las
iglesias de todas las denominaciones. Se añadieron un
millón de convertidos en las iglesias en Gran Bretaña"
(Winkey Pratney, Revival, Springdale, Pa.: Whitaker, 1984,
p. 158).

Oswald Smith dice: ―¿Sabes cuántos miembros de iglesias
habían en Estados Unidos de América cuando Charles G.
Finney empezó su gran obra de avivamiento? Habían
entonces doscientos mil. ¡Piensa en esto! En toda América
solamente doscientos mil miembros. Pero ¿sabes cuántos
miembros habían cuando terminó su ministerio unos pocos
años después? Más de tres millones. Sí, dentro del
ministerio de un solo hombre, ¡tres millones! ¡Qué milagro!
¿Me puedes decir en dónde se podrían repetir estos
resultados? ¿No es verdad que Dios hace más en unas pocas
semanas durante días de avivamiento que en años a través de
los canales normales de la obra de la iglesia? Cuando Finney
celebró una campaña en la ciudad de Rochester, Nueva
York, se estima que alrededor de cien mil personas se
unieron a las iglesias. Como resultado de una sola campaña,
que naturalmente se transformó en un avivamiento, cien mil
personas aceptaron a Cristo y se hicieron miembros de las
iglesias de Rochester. ¿Cómo podéis repetir tales resultados,
excepto por un avivamiento?‖

4. El carácter de los cristianos es moldeado a la imagen de
Cristo. El amor entre hermanos, la sencillez, la santidad, la
ternura, la paciencia y toda virtud están grabados tan
profundamente en el corazón que se cumple la palabra de
Dios cuando dice: ―Porque este es el pacto que yo hare con
la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor:
pondré mis leyes en la mente de ellos, y las escribiré sobre
sus corazones y yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo‖
(Hebreos 8:10).

5. Confesión pública de pecado. Confesar los pecados en
arrepentimiento. En los avivamientos esto es común.

6. Amor profundo. Algunos lo llaman emocionalismo
excesivo, pero es amor celestial. El apostol Pablo lo llama
―ardiente afecto‖ (2 Corintios 7: 11).

Este amor no solo es a los seres humanos sino a Dios que
deseamos obedecerle en todo y queremos su cercanía.

7. Un cántico desbordante. Cuando un alma agonizante se ha
convertido a Cristo halla bendita paz y un gozo desbordante
por las misericordias de Dios. "Entonces nuestra boca se
llenará de risa, nuestra lengua de alabanza…" (El Salmo
126:2). 87

8. Todas las cosas son en común. La biblia nos dice: ―32 Y la
multitud de los que habían creído era de un corazón y un
alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía,
sino que tenían todas las cosas en común. 33 Y con gran
poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del
Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. 34 Así
que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los
que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio
de lo vendido, 35
y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se
repartía a cada uno según su necesidad.
36
Entonces José, a
quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que
traducido es, Hijo de consolación), levita, natural de Chipre,
37
como tenía una heredad, la vendió y trajo el precio y lo
puso a los pies de los apóstoles‖ (Hechos 4: 32-37).
9. Milagros. La biblia nos dice: ―12 Y por la mano de los
apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo;
y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón. 13 De los
demás, ninguno se atrevía a juntarse con ellos; mas el
pueblo los alababa grandemente. 14 Y los que creían en el
Señor aumentaban más, gran número así de hombres como
de mujeres; 15
tanto que sacaban los enfermos a las calles, y
los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo
menos su sombra cayese sobre alguno de ellos. 16 Y aun de
las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén, trayendo
enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y todos
eran sanados‖ (Hechos 5: 12- 16).
PRÉDICA DE AVIVAMIENTO

1. Los predicadores de avivamiento predicaban muy fuerte
acerca del "pecado, justicia y juicio". Es que el Espíritu
Santo mismo convence de estas cosas: "pecado, justicia y
juicio" (Juan 16:8).

Cuando el apostol Pedro predica en pentecostés, predica
acerca del pecado de los judíos por haber crucificado a
Jesús. El apostol Pablo hablaba ―acerca de la justicia, del
dominio propio y del juicio venidero‖ por lo que ―Félix se
espantó‖ (Hechos 24:25). Eso es predica verdadera.

Los cristianos de la historia posbiblica predicaban sobre el
pecado, la justicia y el juicio tambien. Charles Finney dijo
de una reunión típica: "El Espíritu de Dios vino sobre mí
con tal poder que fue como abrir fuego contra ellos. Por más
de una hora, la Palabra de Dios vino a través de mí a ellos de
una manera que se llevó todo delante de ella. Fue como un
fuego y un martillo quebrantando la roca, y como una
espada que penetró hasta dividir entre alma y espíritu. Vi
que una convicción general se extendía sobre la
congregación entera. Muchos de ellos no podían levantar su
cabeza".

Sin embargo hablar del pecado, justicia y juicio no significa
que no debamos hablar de la gracia y misericordia de Dios.

2. Los predicadores de avivamiento predicaban con gran
compasión.

Compasión significa: ―sentir simpatía, lástima, ser movido
con misericordia de corazón‖ (Strong).

Mateo dice: ―Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo
compasión de ellos…‖ (Mateo 14:14). Tanto el Señor Jesús
como los apóstoles y los hombres de Dios de todas las
épocas han tenido compasión por las almas. Al predicar el
evangelio debemos permitir que el Espíritu Santo derrame
su amor en nuestros corazones para suplicar a los pecadores
que se arrepientan.

George Whitefield fue probablemente, el más grande
predicador que ha caminado en la tierra desde los días de los
apóstoles. Cornelius Winter dice de él: ―Casi nunca supe que
él diera su sermón sin llorar, y creo que eran lágrimas
sinceras. Frecuentemente su voz era interrumpida por la
emoción; y lo he escuchado decir desde el púlpito, ‗Ustedes
me culpan por llorar, pero ¿cómo puedo evitarlo si ustedes
no lloran por sí mismos, aunque sus almas estén al borde de
la destrucción? y no sé en absoluto ¡si están escuchando su
último sermón! Algunas veces él lloraba excesivamente,
pisoteaba fuerte y apasionadamente, y frecuentemente era
tan sobrecogido que requería un poco de tiempo para
componerse‖.

ORACIÓN DE AVIVAMIENTO

La oración que prevalece y logra su fin para la salvación de
las almas es oración de avivamiento. Pero esta oración debe
hacerse con fe no dudando nada.

Si la oración no está de acuerdo a la voluntad de Dios se
estará perdiendo el tiempo. Todo egoísmo y orgullo debe de
abandonarse para siempre. Un corazón puro es necesario
para orar con confianza.

Nuestras oraciones deberán ser con suplicas en el Espíritu
por los pecadores. David oraba de esta manera, "El furor se
apoderó de mí a causa de los inicuos, que dejan tu ley…Ríos
de agua descendieron de mis ojos, por los que no guardan tu
ley‖ (Salmo 119:53,136). Pablo dice a los gálatas: ―Hijitos
míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que
Cristo sea formado en vosotros‖ (Gálatas 4:19).

Pablo sufria como dolores de parto por los galatas. Si
queremos que Dios derrame un avivamiento tenemos que
sufrir estos mismos dolores, es un dolor del corazón por el
mundo perdido. La oración de avivamiento es suplicas con
profundo dolor en el corazón.

LOS GRANDES AVIVAMIENTOS EN LA HISTORIA
DE LA IGLESIA

Dios ha derramado muchos avivamientos poderosos, pero
solo hablaremos de dos avivamientos gloriosos que me han
impactado mucho.

EL AVIVAMIENTO GALÉS (1904-1906)

Algunos llamaron a este avivamiento ―El Pentecostés más
grande que Pentecostés‖.

Evan Roberts fue uno de los escogidos por Dios para usarlo
en el avivamiento Galés. Dios revelo a Roberts que 100.000
almas vendría a Cristo en arrepentimiento.

En este gran avivamiento sucedieron cosas extraordinarias.
Las cantinas se cerraban, las cárceles quedaban sin presos, y
los policías se quedaban sin trabajo, los deportistas estaban 88

predicando de Jesucristo, los músicos estaban entonando
himnos.

Lo asombroso es que casi inmediatamente después de sus
conversiones salieron por todas partes enviados a predicar.

Los niños predicaban el evangelio, y oraban gritando:
―¡Envía al Espíritu Santo, por amor a Jesús!‖

En este avivamiento los pecadores tenían una convicción de
pecado muy profunda.

Hubo arrepentimiento profundo. No se quería volver a pecar
nunca más. El aborrecimiento del pecado era total. Lloraron
con mucho dolor por sus pecados. El gozo de recibir perdón
fue enorme.

La gente estaba en éxtasis por la cercanía de Dios. Los
servicios de oración estaban llenos de gente desde las
primeras horas de la mañana.

En las minas tuvieron problemas serios, porque los caballos
habían sido entrenados para responder a las maldiciones de
los conductores, y ya que ellos no maldecían más, los
caballos no podían entender las órdenes.

Las reuniones políticas fueron pospuestas, porque los
miembros del parlamento estaban en las reuniones de
avivamiento.

Las compañías teatrales desistieron de ir a Gales porque ya
nadie asistía a sus espectáculos.

Alguien escribió sobre este avivamiento: ―El avivamiento
galés fue una invasión poderosa del Espíritu; el reino de
Dios se manifestó de manera radical en la tierra‖.
J. V. Morgan escribió un libro criticando el avivamiento
diciendo que después de cinco años "solo" setenta y cinco
mil permanecían en las iglesias como miembros, porque
según el en un verdadero avivamiento todos los creyentes
permanecen, lo cual es falso.
AVIVAMIENTO DE LA CALLE AZUSA 312 (1906-1908)

En este gran avivamiento Dios uso a William Seymour
quien era el pionero principal. Frank Bartleman uno de los
pioneros fue el instrumento que relata sobre este gran mover
de Dios.

En este avivamiento estaban juntos el rico y el pobre, el
analfabeto y el educado, el blanco y el de color. Se
rompieron las barreras raciales.

En la publicación de la primera edición de ―Fe Apostólica"
se decían estas palabras: ―Predicadores orgullosos, bien
vestidos vinieron a 'investigar'. Pronto su aspecto importante
fue reemplazado por asombro, luego vino su convicción, y
muy a menudo los encontrabas en corto tiempo
revolcándose en el piso sucio, pidiendo perdón a Dios y
haciéndolo como niños pequeños‖.
George O. Wood señala que en este avivamiento hubo:

1. Un hambre del Señor.
2. Un amor genuino por los demás.

3. Compromiso con su Palabra.

4. Dedicación al evangelismo y a las misiones.

5. Compromiso con la restauración de la iglesia del Nuevo
Testamento.

Bartleman dice: ―Sabíamos instantáneamente cuando
habíamos contristado al Espíritu, por una palabra o una obra
cruel. Parecía que vivíamos en un mar de puro amor divino.
El Señor luchaba por nosotros en las batallas. Nos
consagrábamos a su juicio totalmente en todos los asuntos,
sin siquiera intentar defender a la obra o a nosotros mismos.
Vivíamos en su presencia, inmediata y maravillosa. Y nada
contrario a su puro Espíritu era permitido allí. Lo falso era
separado de lo real por el Espíritu de Dios. La Palabra de
Dios misma decidía absolutamente todos los temas. Los
corazones del pueblo eran escudriñados a fondo, tanto en
hecho como en su motivación. Formar parte de este grupo
no era algo para tomar a la ligera. Nadie 'osaba unírseles'
(Hechos 5:13), a menos que su intención fuera seria...‖

Bartleman añade: ―El hermano Seymour era reconocido
como líder nominal a cargo. Pero no teníamos papa ni
jerarquía alguna. Éramos 'hermanos'. No teníamos un
programa humano. Dios mismo nos dirigía. No teníamos
clase sacerdotal, ni tareas sacerdotales. Estas cosas vinieron
después, con la apostasía del movimiento. En el principio ni
siquiera teníamos una plataforma o un púlpito. Todos
estábamos a la misma altura. Los ministros eran siervos,
según el verdadero sentido de la palabra. No honrábamos a
los hombres por su posición ventajosa, ya fuera a causa de
su dinero o de su educación... No se anunciaba con
anticipación el tema de los sermones o los mensajes, ni los
nombres de los predicadores para una hora determinada.
Nadie sabía qué sucedería, qué haría Dios. Todo era
espontáneo, ordenado por el Espíritu. Queríamos escuchar lo
que Dios tuviera para nosotros, fuera quien fuere la persona
que Él eligiera para hablar. No hacíamos acepción de
personas...Alguien podía estar hablando, y repentinamente el
Espíritu caía sobre la congregación. Dios mismo hacía el
llamado. Los hombres caían por todas partes, como heridos
en una batalla, o corrían hacia el púlpito en masa, buscando
a Dios... Nunca vi que se hiciera un llamado evangelístico
en esa época. Dios mismo los llamaba. Y el predicador sabía
cuándo irse..."

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