UNA AMIGA MUY MOLESTA

UNA AMIGA MUY MOLESTA

"Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos". - Romanos 2:14-15

Todos tenemos esa amiga que siempre esta molestandonos y diciéndonos que lo que estamos haciendo esta mal, y esa molestia se origina porque encontramos en el pecado placer o emoción y no nos gusta saber que eso no es correcto y peor aun sentirnos mal por ello, pero esa molesta amiga puede ayudarnos como cristianos a despertar interés por el Evangelio y ya te explico como.

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Empecemos con un rápido alcance de este tema y después con una Herramienta Creativa para enviar la ley a la conciencia de las personas y dejar el camino para libre para una presentación correcta del Evangelio.

Antes de presentar el evangelio debemos limpiar un poco el terreno, dicho  mas sutil sería hacer que las personas se sientan culpables por haber pecado, miserables, sucias, perdidas, aunque suene mal es asi como esta una persona sin Cristo y el detalle esta en que ellos mismos se den cuenta de su estado espiritual, para ello tenemos que lanzar un disparo directo y certero a la cabeza, a la mente, donde según la Biblia y la ciencia se encuentra esa molesta amiga que se llama LA CONCIENCIA y que actúa en todas las personas.

Quiero resaltar dos versículos bíblicos que nos hablan de la conciencia que Dios nos dio y de cómo actúa cuando queremos hacer lo indebido, dándonos la posibilidad de poder ver si algo es bueno o malo, Jeremías 31:33-34 nos da el primer alcance:

“Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de

aquellos días, dice Jehová: DARÉ MI LEY EN SU MENTE, Y LA ESCRIBIRÉ EN

SU CORAZÓN; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.

Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano,

diciendo: Conoce a Jehová; porque TODOS ME CONOCERÁN, DESDE EL

MÁS PEQUEÑO DE ELLOS HASTA EL MÁS GRANDE, dice Jehová; porque

perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado”

El Señor dice que pondrá su Ley en nuestra mente y la escribirá en nuestro corazón y que todos desde los más grandes hasta los más pequeños sabrán que hay un Dios. En pocas palabras la ley, aunque no la sepamos, nos advierte cuando algo no está bien o cuando una de nuestras acciones no es la correcta, porque la tenemos impresa en nuestra mente, hablándonos, mostrándonos lo bueno y lo malo.

Ahora veamos lo que dice Pablo en la carta a los Romanos 2:14-15.

“Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza 

lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos,

mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio

su conciencia, y acusándoles o defendiéndose sus razonamientos.”

O sea que, los que no son judíos obedecen los mandatos de la ley de Dios, aunque no la conozcan, pues ellos mismos saben qué es lo bueno y qué es lo malo, porque, como ya vimos tienen la ley escrita en su mente. Su conducta así lo demuestra, pues cuando piensan en algo, ya saben si eso está bien o mal.

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Todas las personas tienen la ventaja de saber que es y que no es pecado, pero están tan acostumbradas a pecar que para ellas no es tan malo lo que hacen y eso es porque su conciencia esta cauterizada (1 Timoteo 4:2), o dejada insensible, en la misma forma que una piel de animal marcada con un hierro llega a ser insensible a más dolor. Para las personas, tener una conciencia cauterizada es el resultado de pecar continua y tercamente. Finalmente, el pecado enturbia el sentido moral del bien o del mal, y el pecador se hace insensible a las advertencias de la conciencia que Dios ha puesto en cada uno de nosotros para que nos guíe.

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Por ello, nuestro trabajo será dispararles la ley de Dios a la cabeza donde se encuentra la conciencia esa molesta amiga, para que se den cuenta de sus pecados, y ellas mismas se declaren culpables ante Dios por haberlo ofendido, por haber sido rebeldes a sus mandamientos y sordos a las advertencias de su conciencia.

Para ellos te quiero presentar una Herramienta llamada KONXIENCIA, que parece algo así como un juego de mesa, puedes descargar las instrucciones y la plantilla desde aquí: INSTRUCCIONES y PLANTILLA o haciendo click a las dos imágenes de abajo.

      

La conciencia dada por Dios es tu aliada en la predicación. Tus apelaciones más poderosas serán aquellas que se dirijan a la conciencia.

El foco central de la predicación del Evangelio a las personas es traerlas a una valoración sobria de ellas mismas como pecadores. Deben entender la misericordia de Dios, que ofreció a Cristo como sacrificio por los pecadores. ¿Cómo se logra esto?, debes disparar a la conciencia que es como el juez, dado por Dios, de lo bueno y lo malo.

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Las implicaciones que dan por no usar la ley en el evangelio son personas que dependen de sus propios recursos para ganar la salivación y eso los aleja de la cruz, los aleja de cualquier valoración propia que los forzaría a concluir que necesitan desesperadamente el perdón y poder de Jesús.

Recuerda que tu predicación debe encontrar su apoyo en la conciencia de las personas, Dios les ha dado la capacidad para razonar y distinguir entre el bien y el mal.

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