¡No pase de largo este libro! Si es usted padre, educador o pastor, "Cómo pastorear el corazón de su hijo" va ayudarle sin lugar a dudas. No se trata de un libro más acerca de cómo manejar a nuestros hijos por medio de sutiles consejos psicológicos tan de moda, sino de una percepción bíblica del auténtico problema que tienen todos los niños: un corazón inclinado al pecado y su solución.
Siempre les digo a las personas que se los recomiendo que hallaran tanta riqueza en la introducción del libro que querrán seguir leyéndolo hasta terminarlo, tiene bases bíblicas y no mundanas ni psicológicas, este libro gráfica la educación que no pasa de moda.
Aquí les comparto un poco de la Introducción:
"Como padre, usted debe ejercer autoridad. Usted debe requerir
obediencia de sus hijos porque ellos están llamados por Dios para obedecerle y
honrarle. Usted debe ejercer autoridad, no como un capataz cruel, sino como alguien
que los ama".
"Si la autoridad describe mejor la relación de los padres hacia
los hijos, la mejor descripción de la actividad de los padres hacia el hijo es
pastorear. Los padres son los guías del hijo. Este proceso de pastoreo ayuda al
niño a entenderse a sí mismo y el mundo en el que vive. Los padres pastorean al
niño a encontrarse a sí mismo y sus respuestas. Pastorean al hijo a entender no
solamente el “qué” de sus acciones, sino también el “por qué”. Como el pastor,
tú quieres ayudar a tu hijo entenderse a sí mismo como una criatura hecha por
Dios. No puedes mostrarle estas cosas solamente a través de instrucciones; lo
debes de guiar en un camino de descubrimientos. Tú debes pastorear sus
pensamientos, ayudarlo a aprender el discernimiento y la sabiduría"
"Los padres algunas veces dan a los hijos normas para que guarden.
Los padres piensan que si sus hijos no son cristianos, de cualquier manera no
pueden obedecer a Dios de todo corazón. Por ejemplo, la Biblia dice que hay que hacer
lo bueno a aquellos que te maltratan. Pero cuando los niños son intimidados en
el patio de la escuela, los padres les dicen que no hagan caso al mandato. Este
consejo no bíblico aleja a los niños de la cruz. No tiene que tener la gracia
de Dios para ignorar al opresor. No se requiere gracia sobrenatural para
defender tus derechos. Sin embargo, hacer bien a los opresores, orar por los
que te maltratan, confiar en el Juez justo, requiere que un niño venga cara a cara
con la pobreza de su propio espíritu y su necesidad del poder transformador del
evangelio".
"La ley de Dios no es fácil para el hombre natural. Su estándar
es algo y no puede alcanzarse estando separado de la gracia sobrenatural de
Dios. La ley de Dios nos enseña nuestra necesidad de la gracia. Cuando fallas
en permanecer en el estándar de Dios, les robas a tus hijos de las
misericordias del evangelio".
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